jueves, 29 de septiembre de 2011

GRADOS SEXTOS. TEMA : LA AMISTAD

La amistad, es una de las relaciones humanas más hermosas. Esta se puede formar en cualquier etapa cronológica de la vida; la edad es irrelevante cuando se trata de formar amigos, y no solo la edad no es relevante, sino que esta relación se da entre personas de trasfondos y pasados muy disímiles. Lo mismo ocurre con el género, o sea que cultivamos la amistad no sólo con nuestros congéneres, sino que también con el sexo opuesto. Y no por ello, significa que uno está enamorado de aquella otra persona, en el sentido romántico del amor. Claro que a veces, se da el caso en que uno amigo se enamora de su amiga. O al revés. Pero también se da, que la amistad puede unir con amor a dos personas de distinto sexo, sin que ninguno de los dos sienta una atracción física o romántica por el otro; por esto a veces si dice que la amistad es un "amor" del más puro. Y se habla de amor, ya que la amistad, es justamente aquello. Es un sentimiento de amor por otra persona. Uno ama a su amigo, por el cual estaría dispuesto a sacrificar la vida, por él o ella, si fuera necesario. Existe un dicho, que clarifica muy bien, lo que es una amistad, “al amigo se le llama para contarle una buena nueva, pero aparece de sorpresa, cuando la desgracia nos ronda”. Aquella frase, clarifica de excelente manera, lo que es la amistad. Dentro de cualquier relación de amistad, surgen diversos comportamientos hacia la otra persona. Muchas veces el amigo es "pañuelo de consuelo" frente a una pena del otro. También existe respeto, simpatía, cariño, compañerismo, tolerancia, afinidad de pensamientos, y las mismas creencias valóricas. La mistad no surge de un sentimiento de egoísmo o aprovechamiento. Aquello no es amistad, sino que solamente interés. Todo lo contrario, a lo que se puede pensar respecto de una amistad. Pero sobretodo, la amistad es una relación, en la cual hay que trabajar. No basta con señalar que uno es amigo de otra persona. Con ello no ocurre nada. La amistad es todo lo contrario, es dedicarse a esa otra persona, destinarle tiempo, para saber de ella, como está, cuáles son sus sueños y aspiraciones. Es preocupación y compromiso frente as sus necesidades. Es saber escuchar y no querer ser escuchado. Por lo mismo, es que uno no es amigo de todas las personas. Ya que uno no siempre está dispuesto a abrirse y dar el mismo esfuerzo por todos los que nos rodean. Es por ello, que muchas personas que a veces frecuentamos son sólo conocidas. En variadas los vemos y saludamos, pero no nos damos el tiempo o no nos esforzamos por profundizar aquella relación. Pero hay una cosa clara, cuando uno conoce a una persona, se siente algo especial, en la medida que creamos que vamos a llegar a ser amigos. Existe un no sé qué, que proviene del alma. Ya que entre amigos existe una clara atracción espiritual. Por lo mismo, para hacer amigos, no hay una receta universal. Esta, sola se da. Lo único que hay que hacer, es conocer a distintas personas. Ya que no se puede fabricar una amistad. La mistad no se fuerza. Se da de manera gratuita. La amistad (del latín amicus; amigo, que deriva de amore, amar) es una relación afectiva entre dos o más personas. La amistad es una de las relaciones interpersonales más comunes que la mayoría de las personas tienen en la vida. La amistad se da en distintas etapas de la vida y en diferentes grados de importancia y trascendencia. La amistad nace cuando las personas encuentran inquietudes comunes. Hay amistades que nacen a los pocos minutos de relacionarse y otras que tardan años en hacerlo. La verdadera amistad dura toda la vida. Puede haber relaciones «amistosas» donde intervienen una persona y otro tipo de «personalidad» (ángeles, santos) o de una forma animal. Por ejemplo, algunas personas catalogan como amistad a su relación con un perro, no en vano a éste último se le conoce como «el mejor amigo del hombre». También se puede dar la amistad incluso entre dos o más animales de especies distintas, aunque es una relación sin el uso del razonamiento y la libertad de pensamiento humana. Los sabios y poetas de todos los tiempos han exaltado siempre la amistad. Además del amor, se necesita la amistad. Para los filósofos griegos, expresa virtud, es un regalo de los dioses. Aristóteles menciona tres tipos de amistad: por interés, por placer y por el bien; pero sólo la que surge del bien merece llamarse amistad. Para Cicerón y Séneca, la amistad implica armonía, buena voluntad y afecto, «querer y rechazar lo mismo».[1]«La amistad moderna se distingue por el elevado grado de autonomía que se atribuye a una persona, en la medida que tiene en sus manos la relación tanto para iniciarla como para romperla».[2]La amistad se demuestra en la preocupación por el amigo, interesándose por su bienestar, por sus problemas y logros. Por esto procura reunirse, comunicarse o convivir con él. Un amigo es el que está en todo momento, el que te levanta cuando estás decaído. Es en la turbación donde la amistad se pone a prueba. Cicerón comenta: «Sólo en el peligro se conoce al verdadero amigo».[3]La amistad es considerada como una experiencia humana de vital importancia, inclusive ha sido santificada por varias religiones. En el Poema de Gilgamesh, un poema babilonio que se encuentra entre los primeros trabajos literarios de la historia, se relata la amistad entre Gilgamesh y Enkidu. Los grecorromanos tenían, entre otros varios ejemplos, la amistad entre Orestes y Pílades. Medalla alemana que conmemora la amistad entre Jonatán y David. Pertenece a la Colección Nacional de la Moneda, siglo XVI o XVII La Biblia inmortaliza la amistad entre David y Jonatán (1 Samuel 18:1-4), que superó la adversidad (1 Samuel 19-20) hasta la muerte (2 Samuel 1:25) y que sobrevivió en la memoria del corazón (2 Samuel 9:1 y 21:7). La Biblia griega señala: «El amigo fiel no tiene precio» (Eclesiástico 6:15; 7:18).[4]Los evangelios canónicos refieren cómo Jesús dio a la amistad de Dios con los hombres un rostro de carne. Los Evangelios sinópticos refieren la preferencia de Jesús de Nazaret por un círculo constituido por tres apóstoles dilectos: Simón Pedro, Santiago el Mayor (llamado en algunas traducciones Jacobo) y Juan el Apóstol, quienes lo acompañaron en ocasiones especiales: en la resurrección de la hija de Jairo (Lucas 8:49-60), cuando subió a la montaña para transfigurarse (Marcos 9:2-10), y cuando, en la víspera de su Pasión, se retiró al monte de Getsemaní a orar en agonía por los padecimientos y muerte que se avecinaban (Marcos 14:32-34).Por su parte, el Evangelio de Juan enfatiza la amistad que Jesús de Nazaret guardaba por Lázaro de Betania (Juan 11:1-44). En ese mismo Evangelio, Jesús dice a sus discípulos en la Última Cena: «Nadie tiene mayor amor que este, el dar su vida por sus amigos» (Juan 15:13).[4] Algunos Padres de la Iglesia como Ireneo de Lyon y escritores como Orígenes identificaron en el Evangelio de Juan la figura del «discípulo al que Jesús amaba» con Juan el Apóstol, razón por la cual se le atribuye a Juan el patronazgo sobre la amistad. Conjunto de personas que se sienten ellas mismas cuando se reúnen; es decir, libres de actuar y expresarse, dentro de sus principios y su moralidad, haciendo pleno uso del libre albedrío ya que se saben aceptados en grado sumo por el resto de los componentes del grupo. Don Quijote y Sancho Panza, en una representación gráfica de 1863 realizada por el ilustrador Gustave Doré (1832-1883). Estos personajes inmortalizados por Miguel de Cervantes Saavedra simbolizan la amistad entre personas de diferentes caracteres las cuales, a través del diálogo, se influyen mutuamente: don Quijote se «sanchifica» y Sancho se «quijotiza». Las relaciones de amistad han sido profusamente narradas, tanto en el mundo de la literatura como en del cine y la televisión, a grado tal que si bien un listado verdaderamente completo sería imposible, es fácil identificarlas en casi cualquier obra. Don Quijote y Sancho Panza, Sherlock Holmes y Watson, los Tres Mosqueteros, Butch Cassidy y Sundance Kid, C-3PO y R2-D2 son ejemplos variados de diversos tipos de amistades entrañables exhibidas en la literatura. En el mundo del cine y la televisión se puede hallar desde los clásicos como El gordo y el flaco y Los tres chiflados hasta la serie de televisión estadounidense de Friends, comedia que giraba en torno a las relaciones de seis amigos.

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